La peor de las «soluciones»

           Como ya analicé en el Libro «Los matices de la libertad», muchas veces al capitalismo y al fascismo les gusta caminar cogidos de la mano, sobre todo en los momentos de crisis de aquél. Basta con acudir a los años previos a la Segunda Guerra Mundial para comprobarlo. Y en España vemos con horror que los medios de comunicación se apuntan a esa iniciativa.

                Muchos se escandalizaron ante la actitud de la periodista húngara Petra Laszlo, que agredía a refugiados que intentaban entrar en Europa mientras continuaba grabando con su cámara; pero pocos repararon en que lo que buscaba era que alguno de ellos devolviera la agresión para así tener unas imágenes que reforzaran las posiciones políticas de partidos conservadores que rechazaban la acogida de refugiados. La derecha más extrema que recuerda al fascismo espera latente en estos años en que la inercia de crecimiento capitalista empieza a flaquear y aprovecharán la más mínima ocasión para imponerse -con el apoyo de muchos medios de comunicación- como la solución elegida por la mayoría de los ciudadanos. También es la alternativa preferida por el poder económico, ya que realmente no tiene nada de solución, simplemente consigue reconducir el descontento ciudadano hacia posiciones menos amenazantes o incluso provechosas para el capitalismo, sin que ningún problema en absoluto sea resuelto. En un telediario de Televisión Española pudimos escuchar una curiosa versión según la cual Petra Laszlo «interfiere en el camino de varios inmigrantes y un padre cae al suelo con su hijo». Para esta cadena, a la periodista «conseguir la noticia ya le ha costado su puesto de trabajo»(ya que tras conocerse los hechos la periodista fue despedida). Muy inteligentes son los que mienten, manipulan y, además, consiguen mezclar inmigración y puestos de trabajo, situando a los refugiados en la posición de enemigos que vienen a robarnos el pan. Pero el escándalo desatado por la tergiversada versión de la televisión pública hizo que en ediciones posteriores del telediario la noticia tuviera que ser modificada para adaptarse un poco más a la realidad.

            Y desgraciadamente no es el único ejemplo. Periódicos como El Mundo le están haciendo un gran favor al movimiento Hogar Social Madrid, con continuas entrevistas y artículos como este y este dedicados disimuladamente a impulsar su crecimiento. En este artículo incluso se califica a la extrema derecha como alternativa (!). De esta manera nos encontramos en la prensa española con tímidos pero efectivos intentos de ayudar a la extrema derecha a enseñar la patita.

              En estos tiempos de crisis y disfuncionalidades en la economía los poderes fácticos, que ya no pueden contener el descontento ni programar el resultado de las elecciones mediante la tradicional manipulación mediática, tienen que canalizar ese descontento hacia la extrema derecha, para evitar que las alternativas de izquierda tomen fuerza. Todos sabemos a qué alternativa me estoy refiriendo. Es triste pero cierto, en caso de que sea necesario, prefieren optar por la peor de las «soluciones».

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