Ya es oficial: se ha acabado el «Largo Siglo XX»

«El largo siglo XX» es una expresión utilizada por Giovanni Arrighi en su libro del mismo nombre, con la que se refería a la era de hegemonía estadounidense que ha tenido lugar en el último «siglo largo» del capitalismo.

Los siglos largos, aun no coincidiendo exactamente con un siglo, suponen un periodo de tiempo en el que un régimen de acumulación capitalista se convierte en dominante hasta que, una vez se ha desarrollado en su totalidad, comienza a incurrir en contradicciones que se agravan hasta el momento en que llega el final de su liderazgo y su remplazo por otro sistema hegemónico. Esos ciclos se dividen en una fase de expansión comercial que va siendo sustituida por una fase de expansión financiera cuando la rentabilidad de una actividad comercial totalmente desarrollada comienza a desvanecerse. Los distintos liderazgos a lo largo de la historia capitalista han sido el Genovés, que comenzó a finales del S. XIV; el holandés; el británico, que duró aproximadamente hasta finales del S. XIX; y el estadounidense, que comenzó cuando cayó el británico y ha durado hasta la actualidad.

Esa última hegemonía estadounidense comenzó a finales del S. XIX y conoció el inicio de la expansión financiera en la década de los 70, lo que supuso el auge del neoliberalismo y la economía especulativa. El capital fue pasando de la actividad comercial a la especulativa y comenzaron las contradicciones. Esta es la señal que indicaba, según la teoría de Arrighi, que la hegemonía estadounidense se acercaba a su final.

Arrighi no podía saber al escribir su libro, a lo largo de las décadas de los 80 y los 90, cuándo llegaría la crisis terminal del sistema de dominación estadounidense, pero según su teoría, este momento se intuía para las primeras décadas del siglo XXI.

Y no se equivocaba, en los últimos tiempos hemos visto cómo la economía china alcanzaba a la norteamericana; hemos visto cómo la deuda estadounidense ascendía a niveles impagables; cómo es Rusia la que ahora emprende acciones bélicas contra el terrorismo; China, Japón y Rusia abandonan el dólar en sus intercambios comerciales, etc. Y el punto final a este declive, que marca la crisis terminal del sistema hegemónico estadounidense es, sin lugar a dudas, la victoria de Donald Trump en las elecciones. Este hito marca el final del siglo XX en lo que a términos capitalistas se refiere. Es el punto en el que el país norteamericano se esconderá en su cueva, comenzará a desmantelar los tentáculos con los que tenía controlado al resto del mundo y desarrollará una serie de políticas económicas proteccionistas. Las consecuencias para el resto del mundo y para la economía global son impredecibles, pero calculo que pasaremos por un periodo de falta de liderazgo, inseguridad, turbulencias económicas y puede que algunos enfrentamientos directos. Y todo esto mientras esperamos a que otro régimen de acumulación capitalista comience su ascensión en el inicio de otro ciclo, de otro siglo largo, si es que ocurre. De momento, China es la mejor posicionada para tomar el relevo.

 

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